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Hay que hacer lo correcto por encima de lo que queremos | Opinión de Gael Haziel

  • Foto del escritor: La Redacción
    La Redacción
  • hace 5 días
  • 2 Min. de lectura

El próximo 1 de junio, la ciudadanía de Chihuahua y de todo el país vivirá una jornada electoral poco común pero trascendental: la elección de integrantes del Poder Judicial. Se trata de un ejercicio inédito que podría marcar un parteaguas en la forma en que se estructura y se ejerce la justicia en México. Y aunque para muchos puede parecer una elección menor, alejada del espectáculo mediático que suelen protagonizar los cargos ejecutivos o legislativos, lo cierto es que elegir correctamente a quienes impartirán justicia es, quizá, uno de los actos más importantes de una democracia auténtica.


En Chihuahua, esta elección cobra un significado aún más profundo. No podemos hablar del Poder Judicial sin evocar uno de los casos más dolorosos y emblemáticos de impunidad: el asesinato de Marisela Escobedo. Su lucha incansable por justicia para su hija, su valentía al enfrentar a un sistema sordo y corrupto, y su trágico final frente al Palacio de Gobierno, son recordatorios imborrables de lo que ocurre cuando la justicia falla y se pone del lado de los poderosos o de los cobardes.


Marisela lo hizo todo bien. Denunció, investigó por cuenta propia, señaló a los responsables. El Estado, el sistema de justicia, y particularmente el Poder Judicial, no estuvieron a la altura. Dejaron libre al asesino confeso de su hija y luego no movieron un solo dedo para protegerla, sabiendo que estaba en riesgo. Es una herida abierta en la memoria de Chihuahua, una deuda histórica que no puede ni debe olvidarse.


Por eso, cuando hoy se nos convoca a votar, no basta con la simpatía política ni con el deseo de seguir líneas partidistas. Tenemos que hacer lo correcto, por encima de lo que queremos. Elegir a perfiles íntegros, capaces, valientes, que comprendan que ser parte del Poder Judicial es un compromiso ético y no un simple escalón de poder o prestigio.


No podemos permitir que se cuelen personas con historial de corrupción, indiferencia o falta de compromiso con las víctimas. No podemos avalar con nuestro voto a quienes han formado parte de los engranajes que protegieron a feminicidas, criminales y estructuras de impunidad. Ya no hay espacio para los favores políticos ni para los “cuates” del sistema.


La justicia debe dejar de ser un privilegio y convertirse en una garantía. Para lograrlo, hace falta más que discursos: hace falta voluntad ciudadana. Y esa voluntad se manifiesta, de forma contundente, en las urnas.


Que nadie nos diga que nuestro voto no importa. Que nadie nos convenza de que no vale la pena. Porque cuando hacemos lo correcto, aunque sea difícil o impopular, es cuando verdaderamente empezamos a transformar la realidad.

Chihuahua merece un Poder Judicial que no vuelva a fallar. Que no vuelva a callar. Que no vuelva a mirar hacia otro lado cuando una madre clama por justicia.

Hagamos lo correcto.

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