Chihuahua vs. Narco Corridos: más que censura, un paso hacia la conciencia colectiva | Opinión de Valentina Terrazas
- La Redacción
- 9 abr
- 2 Min. de lectura

“Con la prohibición no van a acabar con la violencia”, “es pura recaudación de dinero”, “la derecha atenta contra la libertad de expresión”… estas son algunas de las frases que he escuchado de los críticos supuestamente “libres de intereses o afinidades políticas”, quienes se esfuerzan por desacreditar una política pública que busca dar un paso hacia un México donde nuestras niñas y niños no crezcan normalizando la violencia.
Dando un poco de contexto, el Gobierno Municipal de Chihuahua Capital, encabezado por el alcalde Marco Bonilla, implementó una política pública, la cuál se basa en sancionar económicamente a quienes, a través de su música, hagan apología al delito, denigren o violenten a la mujer. Lo recaudado se destina a la construcción de una casa hogar para niñas y adolescentes, así como al refugio confidencial para mujeres víctimas de violencia.
México vive sumergido en una cultura donde la violencia se ha vuelto parte del paisaje cotidiano: la presencia del crimen organizado en las calles, la desaparición de jóvenes, los 11 feminicidios diarios, las fosas clandestinas, el abuso sexual de mujeres y niños, la violencia intrafamiliar, entre otras cosas. Y si, una de las razones por las que como sociedad hemos normalizado el delito y la violencia (además de las pésimas estrategias de seguridad que se ven reflejadas en nuestro día a día) es que desde pequeños crecemos escuchando canciones, viendo series y películas en las que los delincuentes son los héroes de la historia, o incluso un ejemplo a seguir.
Es inaceptable que como sociedad inyectemos la cultura de la violencia en nuestras niñas y niños, aún sabiendo que hoy México ocupa el primer lugar en explotación sexual infantil a nivel mundial. Prohibir los narco corridos no resolverá la violencia por sí solo, pero sí representa un paso importante hacia la conciencia colectiva y la protección de nuestras niñas y niños.
Esta política pública debe ir mas allá de ideologías y de partidos, abramos paso al diálogo y al intercambio de ideas entre gobiernos, ante la crisis de seguridad en México es primordial trabajar en equipo. Es alentador, ver a otros gobiernos municipales, estatales —e incluso al federal— adoptar este tipo de medidas. Ese es el camino: asumir la responsabilidad que tenemos como sociedad para detener la normalización de la violencia.
Ig: valetg Fb: Valen Terrazas
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